Queremos que nuestros alumnos aprendan una enorme y reveladora verdad de la vida: Cometer errores está bien. A los niños no les importa fallar un lanzamiento de baloncesto pero muchos de ellos se atormentan al responder incorrectamente una pregunta del profesor.
En el momento en el que un estudiante cometa un error, pide a la clase que diga "¡Sigues siendo guay!" De vez en cuando, añádele "Dile a tus compañeros, si te equivocas está bien... explica que todo el mundo se equivoca alguna vez" Antes de lo que piensas, tendrás la feliz experiencia de ver a tus alumnos corrigiendo tus propios errores con un "¡Sigues siendo guay!"
En algunos vídeos de Whole Brain Teaching puedes encontrar formas diferentes de aplicar este principio como: "¡Puedes hacerlo!" o "¡Ya lo tienes!".
"Ayudadme"
Cuando se les pregunta, a menudo los alumnos se quedan en blanco. Empiezan a dar una respuesta, se pierden y se quedan callados. Por ejemplo, le pides a María que te explique qué es el perímetro. Ella empieza a hablar de un cuadrado y no sabe cómo seguir. Entonces extiende las manos hacia sus compañeros y dice "Ayudadme". Los niños se levantan, rodean a María y le aconsejan, le ayudan. Cuando es suficiente dice: "¡Clase!" y todos vuelven a su sitio respondiendo "¡Sí!". María empieza desde el principio con la nueva información.
Ensaya "Ayudadme" a menudo. Incide e insiste en que los estudiantes se muevan con rapidez y, igual de rápido, vuelvan a sus sitios. Cuanto más practiques mejores resultados y mejor será la ayuda.
A veces incluso no es necesario que se levanten del sitio, basta con que susurren las sugerencias.
Una variación a este gesto es llevar la mano hacia la oreja como esperando un cuchicheo o un secreto.
Tenacidad
Pides a Rubén que hable sobre un artículo acerca de los osos polares. Él empieza a hablar, comete un error y pides a la clase que intervenga con un "¡Sigues siendo guay!". Rubén empieza de nuevo, lo hace mejor pero a mitad de camino se queda en blanco. Usa el gesto de "Ayudadme" y recibe sugerencias de sus compañeros. El joven determinado continua con su exposición acerca de los osos polares pero vuelve a cometer un error. En este momento dices: "Decidle a Rubén "Eres tenaz... ¡no te rindas!" Los alumnos siguen tus instrucciones alegremente, repitiendo tu palabras de ánimo. Pide a la clase de nuevo que digan "Somos tenaces... ¡nunca, nunca nos rendimos!" Mucho más importante que la leccion sobre los osos polares es como la clase aprende a apoyarse mutuamente y a alimentar la determinación.
Combinando "¡Sigues siendo guay!", "Ayudadme" y "Eres tenaz... ¡no te rindas!" se crea una maravillosa atmósfera de aprendizaje llena apoyo.
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